domingo, 14 de junio de 2015

Lesiones de la piel


Nevo pigmentado



Nevo intradérmico:


Las células se encuentran por completo dentro de la dermis. Es el lugar común, y prácticamente en todos los pacientes se encontraran algunos. El aspecto de la lesión varía desde una macula aplanada, pálida, parda o rosada, hasta una carnosidad, papila verruga pardo obscura. Comúnmente, tiene pelo. El nevo intradérmico rara vez se encuentra en la piel de las palmas de las manos, plantas de los pies, yemas de los dedos de manos o pies o en el escroto.







Nevo de unión:



Es una lesión epidérmica más que dérmica, y su nombre deriva de las células en la unión de la epidermis con la dermis. El nevo de unión se presenta como una macula plana o ligeramente elevada, lisa, sin pelo, de color pardo claro a obscuro. Su tamaño puede varias de varios milímetros a varios centímetros de diámetro.






Nevo compuesto:

 

Esta lesión contiene los componentes de los dos anteriores.  Si contiene pelo, probablemente es intradérmico y benigno. Si ocurre en palmas de las manos, plantas de los pies o en el escroto casi seguro es del tipo de unión y potencialemente maligno.




Nevo azul o mancha mongólica:

 Histológicamente, es una lesión intradérmica y es mas probable que sea de origen neurógeno que epidérmico. Se presenta como una mancha lisa, sin pelo, plana o ligeramente levantada, de color pardo obscuro a pizarra o azul gris. Aparece comúnmente en la cara, dorso de las manos o pies o en las nalgas. Uno de sus caracteres mas distintivos es su color gris pizarra a azul. Por su color obscuro, con frecuencia se considera erróneamente como un nevo que sufre degeneración maligna.



Melanoma juvenil:

Es fácil que uno nevo plano que aumenta de tamaño en la infancia sea un melanoma juvenil. No tiene pelo y puede ser levantado o incluso verrugoso. Rara vez se ulcera. El punto clínico importante es que, en una biopsia de la lesión, pueden encontrarse figuras mitóticas y alteraciones de unión marcadas, sugestivas de melanoma maligno. Es extremadamente raro que estas lesiones den metástasis en la infancia y, en general, deben considerarse como benignas.




Melanoma maligno:

Es frecuente que el primer signo de un melanoma maligno sea la aparición de metástasis. Sin embargo, cualquier cambio en tamaño, ulceración, irritación, hemorragia o profundización de la pigmentación debe considerarse como signo potencial de malignidad en un nevo y justifica una biopsia extirpadora amplia.





Pueden reconocerse tres tipos clínicos de y patológicos de melanoma:

De diseminación superficial: 



Estas alteraciones son elevadas, casi circulares en su contorno, y tienen una combinación característica de colores tostados (color de canela), castaño, negro y rosado azulado. Algunas áreas aparecen distintamente blancas, y otras azules.  Una sombra de color gris obscuro sugiere crecimiento invasor.







Melanoma nodular:

Este consiste en un nódulo localizado, elevado, azul o negro. Puede verse como un arándano exactamente debajo de la epidermis, o puede estar ulcerado. En la mayor parte de los casos, la lesión es profundamente invasora y los nódulos linfáticos regionales con frecuencia son palpables y casi siempre se afectan.






Melanoma lentigo: 


Esta es una lesión de diseminación superficial que suele ser mucho mayor que el melanoma de diseminación superficial. Su color predominante es castaño a negro, si el color rosado, blanco azulado de la diseminación superficial. Nódulo de color azul obscuro indica una etapa tardía.




Papiloma pigmentado (verruga senil)


Estas lesiones suelen aparecer después de los 40 años de edad, para aumentar lentamente de volumen, constituyendo nódulos pedunculados de color pardo y superficie finamente arrugada. Son únicos o aparecen por grupos en cara, cuello y tronco. Su transformación maligna es muy rara; cuando se produce, lo hace en forma de carcinoma epidermoide de crecimiento lento.



Quiste sebáceo



El lobanillo o quiste sebáceo suele aparecer en el cuero cabelludo, por detrás de las orejas, y en cara y cuello, constituyendo un nódulo liso redondeado adherido a la piel que lo recubre. Una inspección cuidadosa puede revelar el orificio de un conducto sebáceo ocluido en el punto de fijación a la piel. Su infección es frecuente; puede originar rápido aumento de volumen y suele acompañarse de hipersensibilidad, enrojecimiento e induración de los tejidos vecinos.





Quistes dermoides

Los quistes epiteliales de inclusión simulan los lobanillos, pero son mucho menos frecuentes. Se encuentran en puntos de fusión del ectodermo en el desarrollo fetal; por lo tanto, suelen presentarse en la línea media del cuerpo, en la piel de la frente o del cuero cabelludo, y en los ángulos externos de las hendiduras palpebrales. Cabe distinguirlos de los quistes sebáceos por su localización y porque la piel que los recubre no está adherida al nódulo.


Cáncer metastásico



Es frecuente la aparición de nódulos de cáncer en el cuero cabelludo y en el cuello. Las lesiones pueden parecerse mucho a los quistes epiteliales.
Las metástasis del cráneo suelen aparecer en forma de nódulos redondeados, lisos, que aparecen quistes benignos del cuero cabelludo.






Queratosis senil

Las personas de piel clara y ojos azules tienen tendencia a desarrollar lesiones escamosas de color pardo susceptibles de degenerar en cáncer epidermoide. Al principio estas lesiones parecen simples pecas, pero más tarde aparecen excrecencias verrugosas de color pardo; estas se descaman y dejan una costra superficial húmeda que rápidamente se recubre de un nuevo crecimiento de escamas parduscas.



Queratosis seborreica




Se trata de una lesión precancerosa que aparece en edad avanzada en forma de nódulo verrugoso superficial de color pardusco recubierto de escamas grasosas y húmedas. Si hay aumento progresivo de volumen, la lesión puede representar la primera etapa de un carcinoma.






Cáncer epidermoide

El cáncer cutáneo aparece con frecuencia en el cuello, cara y cuero cabelludo. Al principio, constituye un pequeño engrosamiento móvil y ligeramente elevado de la piel, con descamación superficial. Pronto se ulcera. Más tarde constituye una ulceración dura, excavada, con base necrótica que produce exudación considerable.  A medida que la enfermedad progresa, la lesión se fija a la aponeurosis subyacente y planos musculares de la región. Pueden estar invadidos los ganglios linfáticos locales.



Carcinoma de células basales

Esta lesión suele aparecer alrededor de los ojos, oídos y nariz. Al principio parece un granito de color gris perlino. Cuando aumenta tiene borde firme y elevado, que puede extenderse mas allá de la zona de ulceración. La superficie de la ulcera se parece a la que hemos descrito para el cáncer epidermioide, pero la lesión celular basal queda indicada por un borde que va extendiéndose mas allá de la zona de ulceración y por la falta de fijación a los planos profundos. En casos avanzados o no tratados pueden estar invadidos la fascia, los músculos y los huesos subyacentes. Las metástasis en los ganglios linfáticos son muy raras.

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